El
origen de Alcohólicos Anónimos está
fuertemente ligado a la historia de los Estados Unidos, que es un país de extranjeros trasplantados, cuyos
vínculos principales de raza, lengua y tradición están
establecidos con Inglaterra.
La
formación de Alcohólicos Anónimos fue consecuencia directa del
noble experimento y de la ley seca aprobada en 1917, pero que entró en vigor hasta el 19 de
enero de 1920, para que veamos que no nada más en México se hacen
las cosas con retraso. Fue derogada el 7 de noviembre de 1933 por el
presidente Roosevelt, en virtud de que
el noble experimento había sido un fracaso o, si lo queremos ver
desde la óptica de un magnate capitalista, la necesidad ya estaba
provocada.
Prohibir
la fabricación, venta y transporte de bebidas embriagantes cuyo
contenido alcohólico pasara del cinco por mil, únicamente sirvió
para favorecer el uso de alcoholes tóxicos; el incremento de ciegos;
la proliferación de speakeasies o tabernas clandestinas con
bebedores a escondidas y para enriquecer a maleantes de la talla de
Al Capone, que si se hubiera rendido
ante Dios, bien podía haber sido Al Capone el agua para el café de
la junta; Al Capone los ceniceros en las mesas; Al Capone el stand de
la literatura... un hombre de sus recursos, ¡qué servicios no
hubiera podido prestar!
Ya
me parezco al reverendo Frank Buckman...
al rato, al rato van a saber por qué.
Alcohólicos
Anónimos nació en territorio de las Trece Colonias originales, en estados que se declararon en contra de
la esclavitud durante la Guerra de Secesión.
Cuajó en la segtunda mitad de la década de los treinta y su éxito
se lo debe más al New Deal de Roosevelt
que al legado del Grupo Oxford.
Frank
Buckman, pastor evangelista, creador del Grupo Oxford, llegó a este
valle de lágrimas en Pennsburg, Pensilvania, en 1878.
El
26 de noviembre de 1895, a las tres de la mañana, en East Dorset,
Vermont, en una habitación situada detrás de un bar -hay que darle
a la historia un matiz de predestinación- Doña Emily desempeñaba
un trabajo de parto causado por William Griffith Wilson, futuro ícono
de AA, autonombrado el borracho número uno, mejor conocido por todos
como Bill W.
Siendo
apenas el pastor Buckman una criatura de un año, más o menos el 8
de agosto de 1879, en St. Johnsbury, Vermont, veía la luz primera
Robert Holbrook Smith, segundo pilar de la benemérita asociación de
beodos, de quienes recibió el apelativo de Dr.Bob, porque sí era médico.
Cuando
el Dr. Bob y Bill W se conocieron, empezó a tomar forma lo que se
llamaría Alcohólicos Anónimos. Esto tuvo lugar en la ciudad de
Akron, Ohio.
La
Central de Servicios Generales AA mundial,
tuvo y sigue teniendo su sede en la Ciudad de NuervaYork; afortunadamente, Osama Bin Laden no la consideró un blanco digno de sus proyectiles, pero quién sabe
ahora que ya no estám las torres gemelas. En tal caso, bien cabe la
posibilidad de que la Central Mundial Al Anon
les hiciera un rinconcito allá en el estado de Virginia.
Pero
dejando en este punto el breviario cultural, volvamos a la ley seca.
El pueblo norteamericano la aceptó de buen grado porque necesitaba
un asidero moral; había devastación emocional por la guerra, la
postguerra y la preguerra y nadie se imaginaba que ya los estaba
esperando el crack del 29.
Faltaba
todavía mucho para eso, el reverendo Frank Buckman, apenas había
tenido su "Visión de la Cruz" en Inglaterra, después de
haber hecho sus visiones como fruncionario de la YWCA (Young World Christian Asociation, "la guay" le decimos en
México)en los Estados Unidos y mientras combinaba la chamba de
profesor universitario con viajes por el Oriente, llegó la Primera Guerra Mundial.
Mientras
tanto, Bill W, que para entonces ya era un joven soldado, tomaba su
primer trago, visitaba la catedral de Winchester y se veía sacudido
por un "tremendo sentido de Presencia", que no tenía por
qué ser inferior a las imaginaciones del mesiánico evangélico
pilim pim pético, ¡hombre! Si también él desvarió en la tierra
del Rey Arturo!
Aún
tenían que transcurrir algunos años antes de que se llevara a cabo
la guerra de vanidades.
En
1920 aparecieron en las universidades de Oxford
y Cambridge, grupos de
estudiantes de las clases media y alta que dirimían cuestiones
espirituales y emocionales. El nombre de Grupo Oxford les fue puesto
por la prensa local de Sudáfrica cuando
siete discípulos del profesor Buckman viajaron a ese país para
hacerle propaganda al movimiento.
El
detalle es que estos grupos se estaban expermientando ya desde elsiglo XVIII, precisamente en la universidad de Oxford, al
mismo tiempo que el pueblo francés, al otro lado del Canalde la Mancha, se dedicaba, con singular alegría, a partirle
su madre a la Bastilla y a desgastar el
filo de la navaja con el uso indiscriminado de la guillotina.
Esto
lo menciono para que se tenga en cuenta que los grupos empezaron a
ensayarse cuando Inglaterra había dejado de ser república, pero aún
estaba fresco el recuerdo de Oliver Cromwell
y en Francia se vivía la Época del Terror.
Excelente
caldo de cultivo para un programa espiritual cuya primera
característica es la participación por confesión personal pública
de los pecados propios -el origen de la tribuna-, que se hace en
reuniones caseras de personas de ambos sexos. Se tiene confianza en
que para esas reuniones hay una guía divina -lo que hoy se conoce
como Poder Superior- y se exige la completa entrega de la voluntad
humana a la voluntad de Dios.
El
Grupo Oxford del profesor Buckman, era un movimiento espiritual que
buscaba recapturar, en el mundo moderno, la fuerza del cristianismodel tiempo aquel en que recién murió Jesucristo.
De hecho, su verdadero nombre fue Fraternidad Cristiana del Primer
Siglo.
El
programa de mejoramiento personal consistía en cuatro absolutos,
cinco Ces y cinco procedimientos:
Honestidad
absoluta, desinterés absoluto, pureza absoluta y amor absoluto.
Con
razón se hizo obsoleto, a pesar de la Confianza, Confesión,
Convicción de Culpa, Conversión y Continuidad.
Para
lograr tales efectos, era indispensable: Dejar de discutir con Dios,
Escuchar la dirección de Dios, Confirmar la guía, Restitución y
Compartimiento y Dar Testimonio.
Había
también axiomas o lemas: "Da mensaje, no puntos de vista",
"Ganas tu discusión, pierdes a tu hombe", "Estudia en
los hombres, no en los libros". Este último, hay muchos AA que
se lo toman muy en serio, porque no leen y el hecho de que la mayoría
de los miembros sean personas que desconocen la historia de la
institución que les ha salvado la vida, es una amenaza real, y muy
seria, para la permanencia de AA en este mundo.
Éranse
una vez que se eran dos gringos. Uno médico cirujano y el otro
corredor de bolsa, bien persas los dos, que sintieron que la lumbre
les llegaba a los aparejos por tantos años de andar de pedotes.
Un
día, el corredor de bolsa estaba en la cama de un hospital y tuvo
una alucinación inmediatamente después de clamar a Dios, pues los
efectos de la crudota que se cargaba no eran para menos. Entonces,
una luz invadió la habitación y Bill W siguió la costumbre
típicamente norteamericana de llamar arrebato místico a cualquier
pinche delirio y asistió con regularidad a los Grupos Oxford.
Tiempo
después, conoció al Dr. Bob. A estas alturas del partido, la señora
Lois Burnham de Wilson, o sea su esposa, ya le había propinado el
zapatazo indicador de que las cónyuges existían y necesitaban
auxilio.
Interrumpo
el relato para señalar otro detalle, debidamente minimizado por la
historia oficial: la abnegada y sufrida Lois, trabajaba en la YWCA
(la guay), institución de extrema derecha, que no le da trabajo a
nadie que no demuestre tener la misma ideología.
La
historia no registra si nuestro líder fue descalabrado, pero, no
obstante la urgencia del caso, los grupos Al Anon y Alateen comenzaron a trabajar hasta bien entrada la década de los 50.
Cuando
Bill W se negó a que su costilla escribiera el capítulo del LibroGrande destinado a las esposas, para lo cual la señora Lois
se ofreció, nada se menciona acerca de su amor propio herido.
Además
de que no se le puede dar al marido un chanclazo impunemente,
encuentro útil señalar que existe, en la literatura generada por Al
Anon, un libro titulado Memorias de Lois,
que solamente puede conseguirse pidiéndolo a la Central de Servicios
estadounidense, pero no está traducido a ningún idioma: la lectura
está restringida a quienes hablan inglés o lo dominan.
Los
alcohólicos, a donde quiera que llegan aspiran a ser el bebé del
bautizo porque se sienten la quinceañera de la fiesta. Muy pocos son
capaces de admitir que, si están destacando, es precisamente porque
son el muerto del velorio.
En
cuanto Bill W empezó a sentir los beneficios de programa oxfordiano,
pasó a resultar que el evangelismo del grupo era agresivo, así como
la actitud de los demás asistentes; que había formas de coersión,
directas e indirectas, que no deben haberle disgustado mucho, desde
el momento en que se perpetúan a través de los grupos de avance.
Como
también encontró que era mala la publicidad, obviamente no se
refirió a la que él se atrajo, promovió el anonimato y por eso, al
separarse definitivamente de los Oxford, Bill W y sus seguidores se
llamaron a sí mismos Los Alcohólicos Anónimos.
Dicen
por ahí que la suerte es el trofeo de los mediocres. Bill W tuvo
suerte, porque el nazismo estaba
cobrando auge y el reverendo Buckman desperdició una valiosísima
oportunidad de quedarse callado. Era agosto de 1936. Por querer
hablar ya, para el World Telegram de NuevaYork, no formuló bien sus conceptos y se atrevió a decir la
siguiente estupidez:
"Doy
gracias al cielo por un hombre como Adolfo Hitler, que construyó una línea frontal de defensa contra el
Anticristo del comunismo.
Pienso en lo que significaría para el mundo si Hitler se rindiera a
Dios; mediante un hombre así, Dios podría controlar a una nación y
resolver todos los problemas, ya que los problemas humanos no son
económicos, sino morales y no se pueden resolver por medio de
medidas inmorales."
Con
semejante manera de pensar, es perfectamente entendible que Bill W
haya hecho una transferencia negativa hacia el Grupo Oxford y su
fundador. De no haber repetido la triste hazaña de Norwich en sus
tiempos de estudiante, lo más seguro es que los alcohólicos
anónimos siguieran siendo borrachos conocidos.
"Estaba
fallando lamentablemente en cálculo, recordó Bill. En álgebra
tenía dificultad para memorizar las fórmulas y ahora en cálculo
tenía problemas similares. Me di cuenta que iba a tener un absoluto
fracaso en cálculo; en realidad, el profesor prometió que me
pondría un cero.
"Bill
descubrió que su profesor tenía ciertas limitaciones en su propia
comprensión del tema. Era un catálogo de fórmulas y podía
aplicarlas, PERO ERA UN ENGAÑO, porque a fondo no sabía cómo
funcionaba la cosa, dijo Bill, y me decidí a aprender.
"En
la biblioteca, estudió la historia de las matemáticas y la
evolución del cálculo; finalmente, captó el concepto lo suficiente
como para discutirlo, ya que había desarrollado considerables
conocimientos para argumentarlo.
"Exhibí
al profesor y me burlé de él ante su clase, contó Bill. Me puso el
cero, pero había ganado una batalla. Era el único en toda la
escuela -otra vez el hombre Número Uno- el único que comprendía a
profundidad los principios fundamentales del cálculo.
"El
incidente nada lo ayudó académicamente, pero lo hizo sentirse el
centro de atracción; fue otra representación del proyecto del
búmerang. Su impulso por el prestigio lo estaba volviendo a valorar,
haciendo de él una especie de héroe ante sus condiscípulos, pero
un vulgar presuntuoso a los ojos de su profesor de cálculo."
Con
el pastor le fue de maravilla. La burrada cometida por éste suscitó
lo que bien podría llamarse La Rebelión de los Briagos y
Endriagos de Compañía, que se
declararon de inmediato como una entidad aparte. Al mismo tiempo, la
Universidad de Oxford colaboró en el relajo haciendo pública su
indignación y pidiéndole a Frankie Boy que dejara de usar el nombre
de Grupos Oxford para su templete.
El
reverendísimo, como perro con la cola entre las patas, viajó a
Europa con el fin de pedirle frías a
varias personalidades; entre ellas la reina de Holanda y, para no desentonar con el rearme militar de las
potencias que se aprestaban para la Segunda Guerra, les fue con la
embajada de un Rearme Moral... la
payasada más grande del mundo... A ver, ¿cómo no le pidió chiche
a Hitler? ¿No que podía convencerlo de que se rindiera ante Dios?
¡Caramba, hombre! ¡Si pudo haber evitado el holocausto!
Frank
Buckman fue un hombre que siempre vio a los alcohólicos como unos
pegostes que se habían adherido al movimiento y, en realidad,
siempre los desdeñó. Con más razón los destetó... ¡perdón! Los
detestó, cuando tuvo que aceptar que el líder de ellos le había
comido el mandado.
Una
vez consolidado Alcohólicos Anónimos, Bill W, porque el Dr. Bob no
tanto, se dio a la tarea de concebir un proyecto expansionista
-dejara de ser un gringo y además, corredor de bolsa- y se lanzó,
con su esposa, a realizar la Cruzada delCaribe.
La
verdad es que ya necesitaban vacaciones. A la bondad, cuando no es
empresarial, se le llama... fantasías. Y nuestros vecinos del norte
son... empresariales, si los queremos ver con ojos de bondad, lo cual
no deja de ser fantástico. El caso es que para 1960 había grupos de
Alcohólicos Anónimos en toda la AméricaLatina.
Los
primeros grupos AA que prendieron en México, allá a finales de los
50's todavía existen y están en la ciudad de Guadalajara,Jal. Antes hubo un intento en Monterrey,N.L., que no fructificó y algún alcohólico de la Ciudadde México del que nada se supo después de un tiempo de
intercambio epistolar con la Central de Servicios Generales de Nueva
York.
Guadalajara
es una ciudad en donde radica mucho extranjero jubilado;
predominantemente de Estados Unidos, luego entonces, la institución
penetró en México a través de los miembros de la colonia
americana. ¿En qué se parece esto a la quinta columna de los nazis en los 30's?
Los
grupos hispanoparlantes que surgieron después, fueron apadrinados
por los english spoken, que gozaron de admiración por su actitud
reservada y su negativa a hablar de ningún tema que no fuera AA.
Todos
los alcohólicos son herméticos e histriónicos pero, ¿qué
ocultaba Harry O, por ejemplo? ¿Su condición de enfermo? ¿Su
incapacidad para asombrarse de lo que ocurría a su alrededor? ¿Su
ignorancia al respecto? ¿Ocultaba, acaso, su verdadera identidad?
Si
era o no era agente de las altas esferas del poder de Washington,
solo Dios y la Secretaría de Gobernación lo
saben; por el misterio con el que fue deportado, la impresión sí la
da.
¿Cuántos
hombres como Pancho Villa, CésarAugusto Sandino, y Simón Bolívar se necesitaben
en la América Hispánica para que no hubiera enfermos de
alcoholismo? ¿Cuántas mujeres como LeonaVicario, Alaide Foppa, Gabriela Mistral y Rigoberta Menchú se
pueden desarrollar en países donde campean la pobreza, la
marginación y la desesperanza? ¿Hasta qué punto de verdad es bueno
dejar a un enfermo alcohólico a la deriva? ¿Realmente es justo
recomendarle que vaya a AA?
Al
recorrer grupos y grupos, se percibe que el ambiente es de Ministerio
Público; es como entrar a una de esas vecindades, refugio de
malvivientes a escuchar cuitas, correrías, fechorías, averías y
majaderías. Muchos de esos lugares huelen a mariguana. Si de la
violencia intrafamiliar se pasa a la tosquedad vecindera, y de ahí a
la irracionalidad del anexo, ¿en qué consiste la curación? ¿Cuál
es entonces la esperanza de vida que se le vende al enfermo?
Para
encontrar un grupo cuya dinámica sea de seguir los doce pasos del programa, hay que llevarse un chasco por lo menos en 20 lugares
distintos. Quizá sea un signo de recuperación que el enfermo
alcohólico deje las reuniones del grupo donde nació para buscar las
raíces, para reunirse con las personas de la clase social a la que
pertenecía cuando estaba creciendo y educándose para vivir.
Casi
no se habla de pobreza y riqueza en los grupos, pero instiga la
curiosidad observar que el logo AA abunda en las colonias populares
y, ¿en las colonias ricas?
No
es inteligente pensar que entre la gente acomodada no haya
alcoholismo, pero ellos, al poder pagarse atenciones caras y buenas,
tienen más oportunidad de curar y cuando no, de controlar y ocultar
sus padecimientos con eficacia, cosa que no les sucede a las clases
media y baja.
En
ese sector social, todas las necesidades materiales están
satisfechas. Eso favorece el desarrollo de personalidades más
armónicas. Aunque mucho nos disguste, el rico se enferma menos que
el pobre; esto es una realidad.
En
las zonas ricas de la Ciudad de México, se necesita ser observador
para darse cuenta de que hay tantos grupos como en una colonia de
rompe y rasga, pero todos están en los sótanos de algún templo
católico. Los anuncios están puestos con mucha discreción en
lugares estratégicos, de tal manera que nada más quienes se acercan
a los edificios los pueden ver, pero las diferencias son abismales, y
no me refiero al factor monetario. En esos grupos hay más gente
militando y tienen un nivel de aspiración que les ayuda a aprovechar
el programa.
AA
es una aportación de ricos. Bill W y el Dr. Bob no eran ningunos
indigentes.Tan eran gente adinerada que se pudieron codear con
Rockefeller, quien generosamente, les dio calurosísimas
felicitaciones además de la idea de la séptima tradición, que dice
que cada grupo se debe sostener con sus propios recursos. Desde
entonces, en cada reunión que concluye, se hace una colecta que se
llama "Séptima", que no es obligatoria pero sí muy
necesaria.
El
alcoholismo no es diferente de ningún otro microbio: los virus,
los hongos y las bacterias
tampoco respetan edad, sexo ni posición social, pero, ¿por qué a
los ricos no les da disentería, ni
infecciones micóticas, ni lepra
o escorbuto?
Tal
vez algún esoterista pudiera ayudarnos a descifrar el enigma, yo
nada más puedo ofrecer el resultado de mis pesquisas. Hay razones de
mucho peso para llegar a la conclusión de que los grupos de gente
rica son los verdaderos depositarios y beneficiarios del programa de
recuperación; para el pobre arrabalero, no quedan mas que el anexo
y el cuarto paso al vapor.
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