Facebook
me fascina porque en él es posible desarrollar todos los géneros literarios. Épica,
lírica y dramática se dan cita, y su mutuo lugar, en una armonía que nada más
se encontraba al alcance de unos cuantos observadores A.I. (Antes de Internet).
Sin
lugar a dudas viene siendo más propio decir A.I o D.I., pues Internet bien
puede rivalizar con Cristo en importancia. Hoy la salvación es de quien tiene
computadora en su casa y/o puede pagar el alquiler de un ordenador. Así, el inválido
social se salva de su propia soledad al contemplar que tiene muchos amigos,
algunos hasta dispuestos a escribirle lo que quiere leer. Y cómo no va a ser de ese modo si la lejanía
física favorece la intensidad, que no la cercanía emocional.
Pero
esa es, justamente, la ilusión que mantiene apoltronada a una buena cantidad de
personas que hacen de las redes, ¡me niego, de hoy en adelante a llamarlas
sociales, son cibernéticas, nada más!
Decía
que las personas hacen de Facebook, Twitter, Pinterest, Google y las que
faltaron, toda su vida y nunca vuelven a contemplar la realidad de su verdadero
entorno; de ahí que les moleste ver, de pronto, reflejado, aquello que por años
se han ocultado a sí mismos.
Con sabor a artículo, bien dirigido y con mucha verdad en su contenido. excelente querida Adriana,Gracias, un gusto leerte.
ResponderEliminarGracias a ti por asomarte a mi blog.
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